Caracas, 10 de abril de 2013. Marte es
el planeta que ha causado fascinación en la humanidad y de hecho es el más
conocido luego de nuestra Tierra. A pesar de la creencia popular, el mismo, con
aproximadamente la mitad del diámetro terrestre es un lugar inhóspito para la
vida tal como la conocemos hoy en día.
Su tenue atmósfera no permite una termalización del planeta, variando la temperatura desde 20 grados durante el día, hasta menos de 100 grados bajo cero durante la noche. Con una atmósfera sin ozono y prácticamente sin oxigeno, deja pasar toda la radiación energética dañina para la vida terrestre (UV, rayos X y rayos gamma). Sin un campo magnético global, Marte también es bombardeado masivamente por partículas energéticas, tales como los protones solares. A pesar de todo esto, aun la fascinación por Marte no decae, informó el doctor Jesús Hernández, científico de la Fundación Centro de Investigaciones de Astronomía “Francisco J. Duarte” (CIDA), organismo adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI).
Su tenue atmósfera no permite una termalización del planeta, variando la temperatura desde 20 grados durante el día, hasta menos de 100 grados bajo cero durante la noche. Con una atmósfera sin ozono y prácticamente sin oxigeno, deja pasar toda la radiación energética dañina para la vida terrestre (UV, rayos X y rayos gamma). Sin un campo magnético global, Marte también es bombardeado masivamente por partículas energéticas, tales como los protones solares. A pesar de todo esto, aun la fascinación por Marte no decae, informó el doctor Jesús Hernández, científico de la Fundación Centro de Investigaciones de Astronomía “Francisco J. Duarte” (CIDA), organismo adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI).
Existen
evidencias “geológicas” de presencia de fuentes de agua en el pasado. Sus capas
polares pueden guardar sorpresas biológicas debajo de ellas. No se descarta
completamente que en el pasado existiera alguna forma de vida en Marte, dando
soporte a la teoría de que la semilla de vida en la Tierra provino desde el
espacio (Panspermia). Además, existe una clara probabilidad de que en un
futuro, el hombre ponga su pié en suelo marciano. Estas razones, hicieron
realidad el proyecto Curiosity.
El pasado 6 de agosto fue de crucial importancia para la comunidad científica mundial debido al esperado contacto con suelo marciano del vehículo de exploración espacial Curiosity. Este robot de exploración marciana no es el primero, de hecho, ya hace más de 40 años la sonda rusa Mars 2 fue el primer objeto artificial en tocar suelo marciano. Desde entonces, más de cinco vehículos de exploración se han posado sobre Marte. Pero eso sí, Curiosity se lleva el premio en ser el más grande de todos ellos (Peso 900Kg y tamaño similar a un pequeño tractor con un brazo de unos dos metros de longitud).
Nuevas tecnologías
La gran importancia de Curiosity se debe a la incorporación de nuevas tecnologías y a las múltiples y novedosas herramientas de medición que tienen principalmente los siguientes objetivos: determinar la existencia o no de vida pasada en Marte; caracterizar el clima atmosférico y espacial, por ejemplo, radiación cósmica, protones solares y neutrones secundarios; evaluar la evolución los procesos atmosféricos marcianos en los últimos cuatro mil millones de años y preparación para futuras exploraciones tripuladas.
Aunque el proyecto Curiosity tiene varios años en planificación, el viaje de este vehículo comenzó el 26 de noviembre del 2011 con el despegue de la nave ATLAS V desde el Cabo Cañaveral. Este viaje se extendió por 254 días hasta que el 6 de agosto del 2012, Curiosity hizo su “marcianaje” usando innovaciones tecnológicas diseñadas específicamente para tal fin (control y aterrizaje de vehículos no tripulados).
Durante el amartizaje su escudo de protección térmico llegó a soportar 2100 grados centígrados (aunque dentro de la capsula permanecía a una temperatura segura de 10 grados centígrados). La fricción de la capsula espacial con la tenue atmósfera marciana es la responsable del calor generado, pero a su vez esta fricción proporciona el primer método de frenado.
Con sus sensores atmosféricos (MEDLI), comenzaron las primeras mediciones, las cuales registraron la presión y temperatura a diferentes alturas, analizando además el deterioro del escudo de protección térmica. Viajando a unos 3000 Km/h, a una altura de 11 Km, la sonda desplegó su paracaídas; 3 km más abajo expulsa el escudo de protección térmico. A tan solo 1.8 Km de altura y con una velocidad de 280 Km/h, el vehículo se separa de su capsula protectora cayendo libremente y encendiendo luego de pocos segundos los retropropulsores que disminuye la velocidad a 2.7 Km/h. Finalmente, Curiosity se separa parcialmente del equipo de retropropulsores, los cuales permanecen unidos por una especie de cordón umbilical para darle un aterrizaje suave y sin problemas.
Ya en suelo marciano Curiosity puso en marcha su gran laboratorio, los cuales consisten en tres cámaras de video, cuatro espectrómetros diseñados para analizar la química de muestras marcianas (uno de ellos evapora la muestra por un rayo laser), dos detectores de radiación de alta energía (uno de ellos para estimar la presencia de agua debajo del suelo) y sensores ambientales para registrar la presión atmosférica y su temperatura, humedad, radiación UV, velocidad y dirección del viento y temperatura del suelo. Su batería radiactiva de plutonio, le dará a este vehículo una vida útil de más de un año marciano (687 días terrestres).
El proyecto Curiosity es uno de los ejemplos más recientes de la relación simbiótica entre la ciencia y tecnología. Las demandas extremas originadas por el reto de colocar y controlar Curiosity a cientos de millones de kilómetros permitieron la elaboración de nuevas tecnologías en materia de navegación y aterrizaje de vehículos no tripulados, comunicaciones, estaciones meteorológicas en ambientes extremos, análisis químico, ingeniería mecánica y de computación entre otras.
Se espera que los resultados generados por Curiosity tengan un impacto crucial en el conocimiento actual de la formación del Sistema Solar, variación del clima espacial más allá de las fronteras terrestres e inclusive pistas sobre el origen de la vida en la Tierra. Además, con seguridad, las tecnologías generadas serán aplicadas a otros campos de estudio y exploración. /Prensa MCTI/CIDA/Rafael Castellano.
El pasado 6 de agosto fue de crucial importancia para la comunidad científica mundial debido al esperado contacto con suelo marciano del vehículo de exploración espacial Curiosity. Este robot de exploración marciana no es el primero, de hecho, ya hace más de 40 años la sonda rusa Mars 2 fue el primer objeto artificial en tocar suelo marciano. Desde entonces, más de cinco vehículos de exploración se han posado sobre Marte. Pero eso sí, Curiosity se lleva el premio en ser el más grande de todos ellos (Peso 900Kg y tamaño similar a un pequeño tractor con un brazo de unos dos metros de longitud).
Nuevas tecnologías
La gran importancia de Curiosity se debe a la incorporación de nuevas tecnologías y a las múltiples y novedosas herramientas de medición que tienen principalmente los siguientes objetivos: determinar la existencia o no de vida pasada en Marte; caracterizar el clima atmosférico y espacial, por ejemplo, radiación cósmica, protones solares y neutrones secundarios; evaluar la evolución los procesos atmosféricos marcianos en los últimos cuatro mil millones de años y preparación para futuras exploraciones tripuladas.
Aunque el proyecto Curiosity tiene varios años en planificación, el viaje de este vehículo comenzó el 26 de noviembre del 2011 con el despegue de la nave ATLAS V desde el Cabo Cañaveral. Este viaje se extendió por 254 días hasta que el 6 de agosto del 2012, Curiosity hizo su “marcianaje” usando innovaciones tecnológicas diseñadas específicamente para tal fin (control y aterrizaje de vehículos no tripulados).
Durante el amartizaje su escudo de protección térmico llegó a soportar 2100 grados centígrados (aunque dentro de la capsula permanecía a una temperatura segura de 10 grados centígrados). La fricción de la capsula espacial con la tenue atmósfera marciana es la responsable del calor generado, pero a su vez esta fricción proporciona el primer método de frenado.
Con sus sensores atmosféricos (MEDLI), comenzaron las primeras mediciones, las cuales registraron la presión y temperatura a diferentes alturas, analizando además el deterioro del escudo de protección térmica. Viajando a unos 3000 Km/h, a una altura de 11 Km, la sonda desplegó su paracaídas; 3 km más abajo expulsa el escudo de protección térmico. A tan solo 1.8 Km de altura y con una velocidad de 280 Km/h, el vehículo se separa de su capsula protectora cayendo libremente y encendiendo luego de pocos segundos los retropropulsores que disminuye la velocidad a 2.7 Km/h. Finalmente, Curiosity se separa parcialmente del equipo de retropropulsores, los cuales permanecen unidos por una especie de cordón umbilical para darle un aterrizaje suave y sin problemas.
Ya en suelo marciano Curiosity puso en marcha su gran laboratorio, los cuales consisten en tres cámaras de video, cuatro espectrómetros diseñados para analizar la química de muestras marcianas (uno de ellos evapora la muestra por un rayo laser), dos detectores de radiación de alta energía (uno de ellos para estimar la presencia de agua debajo del suelo) y sensores ambientales para registrar la presión atmosférica y su temperatura, humedad, radiación UV, velocidad y dirección del viento y temperatura del suelo. Su batería radiactiva de plutonio, le dará a este vehículo una vida útil de más de un año marciano (687 días terrestres).
El proyecto Curiosity es uno de los ejemplos más recientes de la relación simbiótica entre la ciencia y tecnología. Las demandas extremas originadas por el reto de colocar y controlar Curiosity a cientos de millones de kilómetros permitieron la elaboración de nuevas tecnologías en materia de navegación y aterrizaje de vehículos no tripulados, comunicaciones, estaciones meteorológicas en ambientes extremos, análisis químico, ingeniería mecánica y de computación entre otras.
Se espera que los resultados generados por Curiosity tengan un impacto crucial en el conocimiento actual de la formación del Sistema Solar, variación del clima espacial más allá de las fronteras terrestres e inclusive pistas sobre el origen de la vida en la Tierra. Además, con seguridad, las tecnologías generadas serán aplicadas a otros campos de estudio y exploración. /Prensa MCTI/CIDA/Rafael Castellano.
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