Artículo publicado por Laura
Chaparro el 17 de enero de 2013 en DivulgaUNED
Un equipo internacional de
científicos, entre los que se encuentran investigadores de la UNED, ha
descubierto un exoplaneta fuera de lo común, al contar con un radio
desproporcionado en relación con su masa, y que no sigue las teorías vigentes
de formación de planetas. El cuerpo, bautizado como WTS-1b, se considera un
‘Júpiter caliente’, debido a su composición gaseosa y a su elevada temperatura.
Cada semana, telescopios de todo
el mundo detectan nuevos exoplanetas -que orbitan alrededor de estrellas
distintas al Sol- pero el último que ha hallado el United Kingdom Infrared Telescope (WTS-UKIRT) ubicado en Hawái, se sale
de lo habitual. “Es un planeta especial porque tiene un radio muy grande, dadas
su masa y edad, y de acuerdo con las teorías actuales de formación planetaria”,
explica Luis Sarro Baro, investigador del departamento de Inteligencia
Artificial de la UNED y uno de los autores del hallazgo, que se describe en la
revista Monthly Notices of
the Royal Astronomical Society.
WTS-1b Crédito: NASA/ESA
Estas teorías
predicen que los radios de los planetas recién formados decrecen con el paso
del tiempo a medida que éstos radian su energía interna. Sin embargo, teniendo
en cuenta que el exoplaneta descubierto –bautizado como WTS-1b– y su estrella
progenitora se formaron hace 600 millones de años, el cuerpo debería tener un
tamaño un 20% superior al de Júpiter y no un 50%, como se observa.
Para localizar a
WTS-1b, el equipo internacional de científicos, del que forma parte la UNED, el
Centro de Astrobiología, el Instituto Astrofísico de Canarias, el Centro
Astronómico Hispano Alemán, la Universidad de La Laguna, y numerosas
instituciones europeas y latinoamericanas, ha empleado técnicas de fotometría
infrarroja. Éstas revelan que el exoplaneta es un cuerpo gaseoso, conocido como
‘Júpiter caliente’, porque comparte las características del gigante de gas pero
orbita alrededor de su estrella (WTS-1) a una distancia mucho menor que éste lo
hace del Sol.
“Si comparamos, la
Tierra se encuentra a una unidad astronómica de distancia de su estrella;
Júpiter se halla a 5,2 unidades astronómicas y WTS-1b, a tan solo 47 milésimas
de unidad astronómica (0,047) de la suya”, indica el astrofísico.
Cuatro veces el
gigante gaseoso
El radio del
exoplaneta es 1,5 veces el de Júpiter y su masa, cuatro veces superior. Se
localiza en el disco de la Vía Láctea, a unos 10 400 años luz de distancia
respecto a la Tierra. Por su parte, la estrella cuenta con un radio un 15%
superior al del Sol y su temperatura –aproximadamente 6250 kelvin– es mayor que
la de este.
Otra característica
del exoplaneta –común a cualquier ‘Júpiter caliente’– es que se cree que no se
creó en el mismo emplazamiento en el que se encuentra ahora, sino mucho más
lejos de su estrella y, posteriormente, se desplazó hasta la posición actual.
La cercanía entre
ambos cuerpos sitúa a WTS-1b lejos de la zona de habitabilidad pero eso no
significa necesariamente que no pueda albergar formas de vida. “En la Tierra
existe vida en lugares con condiciones tan adversas como Río Tinto, la
Antártida o las fumarolas oceánicas, y eso hace años era impensable”, recuerda
el investigador de la UNED. No obstante, Sarro admite que “hoy por hoy, se
considera improbable que un planeta tan próximo a la estrella central pueda
albergar vida”.
‘Cazado’ con
fotometría infrarroja
La fotometría
infrarroja empleada por los científicos en este estudio es una técnica común
para detectar planetas en imágenes directas, pero no para localizarlos a través
de sus tránsitos o eclipses. Midiendo el brillo de cientos de miles de
estrellas en una misma región del cielo a lo largo del tiempo, se pueden
detectar cuerpos en órbita alrededor de éstas si dicho movimiento es tal que,
en algún momento, el planeta pasa por delante, ocurre un eclipse y disminuye el
brillo aparente de la estrella.
A partir de ahí,
los investigadores toman espectros –descomponen la luz en sus diferentes
longitudes de onda– para descartar explicaciones alternativas, como por
ejemplo, otra estrella, y confirmar la naturaleza planetaria del cuerpo. Al
mismo tiempo, los espectros permiten deducir las propiedades físicas de la
estrella central.
Referencia
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an inflated hot Jupiter in a 3.35 d orbit around a late F star”. Monthly
Notices of the Royal Astronomical Society 427, diciembre 2012.
DOI:10.1111/j.1365-2966.2012.21937.x